Eva- Helena – María- Sofía – Hércules – Apolo- El sacerdote- Hermes

Mucho se habla en estos tiempos del sagrado femenino y el sagrado masculino, de diosas y sacerdotisas, de recuperar el espíritu femenino castrada por el patriarcado, pero que no sólo recae en la mujer sino que también en el hombre, pues no se hace referencia al género o a la polaridad, sino de reconciliar las energías que habitan dentro de cada uno de nosotros como una unidad. Si queremos como resultado una sociedad más humana, hombres y mujeres debemos caminar en coherencia de forma cooperativa y no competitiva, donde haya más solidaridad que dominación, más armonía que enfrentamientos. Haciendo así un mundo más amable, más alegre, más feliz. Dudo que seamos conscientes de que hoy tenemos la gran suerte de disponer de una vida más longeva pero más infeliz.
Estamos en una sociedad donde no sólo impera el materialismo sino también la acreciente violencia de género, como resultado de la falta de integración de los opuestos, pero es a través del resurgir de las terapias, de las prácticas del yoga, la meditación etc… donde esa energía femenina sigue circulando. No debemos olvidar de donde venimos, con la llegada de las fábricas y las aperturas de las universidades la mujer para poder sobrevivir y sobrellevar, tuvo que hacer uso de su energía masculina muchas veces sacrificando su feminidad, y si nos remontamos más atrás en la historia debemos recordar que fuimos quemadas solo por practicar la brujería del amor, por seguir los ritmos de la madre tierra, por usar el alimento que ésta nos daba para curarnos y sanarnos y hacerlo extensible a los otros, por portar el conocimiento, por ser receptoras y dadoras de vida.
-Carl Jung- venía a decirnos que más allá de ese género, en nuestra psique operan elementos femeninos y masculinos y que la imagen interna de esos elementos femeninos que operan dentro del hombre lo llamaría ANIMA y que la imagen interna de esos elementos masculinos en la mujer tomarían el nombre de ANIMUS
ANIMA Y ANIMUS son los responsables que están limitando las relaciones entre hombre y mujer y por ende dando lugar a los resultados que estamos experimentando en nuestras vidas amorosas. La imagen interna femenina que posee un hombre vendrá determinada por como fueron sus primeras experiencias con su madre, la cual será proyectada en las mujeres por las que sentirá rechazo o atracción. La imagen interna masculina que posee una mujer viene determinada por las vivencias primarias con su padre bien por ella misma o por lo que le haya transmitido su madre. Esta representación inconsciente es la causa del principio y el fin de los vínculos.
Etapas del desarrollo del ANIMA
Eva – lo biológico- es la madre primordial, el instinto, el impulso.
Helena la mujer objeto del amor romántico y sexual, la guerrera, la sensualidad, lo jovial.
María símbolo de la maternidad y la espiritualidad nos viene a instar en estos momentos la necesidad de evolucionar e integrar la espiritualidad en nuestra vida.
Apareció en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Apocalipsis 12:1.
Sophia es el resultado de haber integrado en la consciencia los tres arquetipos anteriores, dando lugar así al conocimiento, a la sabiduría de Dios.
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría, Si inclinares tu corazón a la prudencia. Proverbios 2:2
La eterna búsqueda por la que Fausto firmó un pacto con el diablo no fue otra que la búsqueda del Eterno femenino que a su vez es el reconocimiento de la parte divina que habita en nuestra alma.
Siempre me gusta tener presente en mi día a día, la vida de Jesús como el primer feminista inclusivo y como Pedro le recriminaba y se molestaba cada vez que María Magdalena irrumpía sus charlas con su sabiduría, ella nunca le dio la espalda, mientras otros lo negaron hasta tres veces.
Etapas del desarrollo ANIMUS
Hércules el poder físico, – infantil- en esta etapa estamos más preocupados por nuestra apariencia física y como se percibe nuestro cuerpo. Podríamos pasarnos horas contemplando nuestro aspecto físico.
Apolo – jovial- independencia, desarrollo intelectual, económico y profesional, la iniciativa salir a la conquista, ser el mejor, conseguir lo mejor, ser más que los demás, compararnos.
El Sacerdote – adultez- la transformación de la palabra. Después de todo el esfuerzo y empeño en la etapa de apolo te das cuenta que no ha sido suficiente para sentirte realizado y feliz todo lo material alcanzado ya no tiene el mismo valor, ahora intentamos centrarnos en dar, en el servicio, en dejar el mundo un poco mejor.
Hermes – transcendental- en esta etapa nos damos cuenta de que lo que hemos vivido en la etapas anteriores no representa quienes realmente somos, somos mas que un cuerpo, las posesiones, nuestra familia, amigos, etc…aquí nos damos cuenta que somos seres espirituales, de vernos a nosotros desde una luz muy diferente, vemos las cosas tan cual son fuera de nuestra mente y de nuestro cuerpo, somos los observadores de nuestra propia vida.
El su libro En contacto íntimo – Virginia Satir – viene a decirnos que para que que exista contacto hace falta dos personas, pero que en primera instancia cada persona debe entrar en contacto consigo misma y luego cada persona en contacto con el otro, si además deseamos un vínculo enriquecedor es prescindible que cada miembro de la pareja este dispuesto al autoconocimiento, para poder reconocer e integrar sus aspectos femeninos y masculinos. No puede darse una integración, mientras solo reconozcamos una parte y sigamos proyectando en el otro la otra parte y es solo desde el interior que podemos hacernos conscientes.
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