
Parece poco creíble lo que voy a decir, pero cuanto más sana una mujer a nivel interior, más difícil se hace poder entablar una relación con un hombre, sobre todo si ese hombre tiene miedo al compromiso, porta heridas o bien de la infancia o heridas que otras dejaron en su corazón. Salvo que ambos se espejen.
¿A que se debe esto? Se debe a que las características de la niña buena han sido sanadas y esto es,
La mujer sanada ya no da prioridad a los deseos de los demás, frente a los suyos, a las niñas buenas no se les enseño la importancia que tiene cuidarse porque de hacerlo parece un acto egoísta, al no creerse merecedoras queda vía libre para que otros decidan por ella.
La mujer sanada ya no le importa lo que los demás piensen de ella, por tanto no tiene reparos en decir que no si algo no le conviene, la niña buena tenía miedo a expresar sus enojos por miedo a ser rechazada, esto genera la herida de abandono y represión de sentimientos y pensamientos.
La mujer sanada ya no tiene que fingir una sonrisa sino le apetece o lo que desea es llorar, la niña buena tenía que sonreír para no ponerse fea.
La mujer sanada sabe que cuando alguien la crítica, solo se trata de la opinión del otro y mayormente las opiniones definen más a quien opina que a quien lo recibe, máxime sino son críticas constructivas que permitan crecer, para la niña buena es un golpe desestabilizador para su autoestima recibir opiniones negativas.
Con este panorama una mujer sanada no busca compañía para llenar las carencias, busca una conexión de almas que vibren en energía similar, solo alguien con quien compartir la vida donde haya respeto, comunicación verdadera, comprensión, dedicación y honestidad, por ambas partes. Nada más y nada menos.
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