Luna

Morir y renacer, fuerza y debilidad

El viaje más largo es el viaje interior – Dag Hammarskjold

Pensar en la luna, me traslada a la noche, a lo misterioso, a lo oculto, a la búsqueda de la verdad, a entrar en la profundidad, a desenmascarar a los enemigos, a destapar la falsedad, a despertar de las ensoñaciones. A recorrer el camino verdadero sin espejismos e ilusiones vanas. Guiada por mi intuición,  como único ingrediente que puede salvarme, es la fe.

En la gran estela de Ramsés IV se puede leer de Osiris-luna:
“Tú eres la luna en el cielo, tú te rejuveneces a voluntad y envejeces
cuando quieres. Tú sales para expulsar a la oscuridad, ungida y vestida por
las Enéadas; entonces se pronuncian encantamientos para glorificar a sus
majestades y llevar a los enemigos al lugar de la ejecución. Así se dice. Es
un texto escrito, no una tradición oral, y los vivos cuentan los días y los
meses y los suman, para saber la duración de sus vidas”

Algunas curiosidades

En la antigua China a la luna se la consideraba la receptora pasiva de la luz, lo femenino, el Yin. Al transitar por 28 días se la asemeja con el ciclo menstrual de la mujer. De ahí  su frecuente interpretación femenina. Se la conoce por muchos nombres, Selene o Artemis en griego. En Asia es Kuan Yin. Para los Mayas, Ixchel.

Lo creamos o no, la luna tiene un influjo en nuestro día a día, pues no solo gobierna las mareas, sino también en el ascenso y descenso de la savia en los vegetales. También podemos o no cortarnos el pelo en función de fase en la que se encuentre, realizar rituales, baños de descargas, purificación e intenciones, y como no, la limpieza y recarga de nuestras gemas.

Hablar de la luna es también hablar de piedras lunares, como las perlas, el ópalo, la selenita y los adornos de nácar. En la antigüedad, para las dolencias de las mujeres, se prescribían hierbas lunares, o sea plantas que crecían de noche. También éstas se retiraban de la vida diaria y se reunían en círculos bajo la luz de la luna, para disfrutar así en compañía y hermanadas.

La Virgen María se la suele comparar con la luna, o representada de pie o sentada sobre una media luna. 

En el Apocalipsis de Juan (12, 1) habla de una mujer vestida de Sol, que tiene la luna a sus pies como símbolo del triunfo frente al mal. También se anuncia en el juicio final, que la luz de la Luna será como la luz del Sol. Aquí haré un inciso para aclarar que Teófilo de Antioquia  veía a éstas luminarias como portadoras de un gran misterio. La Luna representa al hombre y el Sol al creador. Lo que nos viene a decir que el hombre esta compuesto de la misma chispa divina que nuestro creador.

En la psicología y literatura moderna se ha propiciado  gran atención al lado lunar del ser humano. Como algo no menos importante, en la astrología, donde el sol, el ascendente y la luna toman relevante importancia en nuestra carta natal. Representa la madre, el inconsciente, las emociones y los recuerdos.

Le corresponde el día de la semana Lunes, regido por el Arcángel Gabriel. Su metal es la plata. El cereal, el arroz. Su órgano, el hígado. Su planta, el diente de león.

Un ejercicio de meditación para realizar el día Lunes que nos brinda la antroposofía, es la práctica de:

LA PALABRA CORRRECTA

De los labios del que aspira hacia una evolución superior, sólo puede salir lo que tiene sentido y significado. Todo hablar por hablar, como mero pasatiempo, en este sentido es perjudicial. Hay que evitar la forma habitual de conversas donde se habla y se mezcla de todo un poco; lo que no supone que uno deje de comunicarse con sus semejantes. Precisamente en esa relación con ellos, el hablar ha de ir creciendo en sentido. Adquirimos una actitud reflexiva ante toda conversación y respuesta, teniendo en cuenta rodas las posibilidades. ¡ unca hablar sin razón! Gozar del silencio. Intentemos no decir excesivas ni insuficientes palabras. Primero escuchar tranquilamente y luego elaborar lo escuchado.